Entidades de qué

Estos días estamos viendo cómo ciertas entidades con nombres bonitos y con cierto
aire aristocrático, supuestamente de prestigio financiero, han estado
sacudiendo a base de bien tanto a España como a Italia por el pago de la deuda.
Pero ni es la primera vez ni son los únicos países a los que le han dado
candela.

Lo curioso de esto es que hasta hace bien poco no se sabía nada de ellos. Estos
grandes expertos y gurús de los números que ahora cantan día tras día, estaban
mudos antes de que estallara esto. Aquí nadie dijo nada. Las Administraciones
Públicas se endeudaban sin problemas, pagaban tarde y mal a sus proveedores,
compraban y vendían deuda… Ni estas entidades, ni FMI, ni Banco Central Europeo
dijeron algo.

Pero ahora surgen de la nada unas supuestas empresas y deciden los rumbos de los países
porque sí. Lo mejor de todo es que no dicen que, objetivamente, un país o una
Comunidad Autónoma no va a pagar a sus proveedores por esto o por lo otro.
Presuponen, y con ello se cargan las bolsas europeas y economías mundiales.
Arman unos pifostios de tres pares de narices con todas las consecuencias de
por medio.

Lo que no se ve es a los dirigentes y representantes de esas entidades hacer ruedas de prensa con la presentación de los números y datos en los que basan sus
argumentos y, de paso, responder a las preguntas de los periodistas económicos
y entendidos en la materia. Y no sé ustedes, pero para mí una entidad de
supuesto prestigio que no tiene una figura física de cara al público… no me huele
bien del todo. Y lo más extraño es que todo eso varía de un día a otro,
dependiendo de cómo se hayan levantado los pseudoanalistas sin que los países
hayan cambiado de política financiera.

Hay quienes ya se  empiezan a preguntar estas cosas. A mi parecer esas empresas deberían ser investigadas porque no me extrañaría que detrás de ellas estuvieran intereses particulares o, por qué no, algún país con ganas de cargarse esto, que a Occidente nos tienen muchas ganas.

Mientras no esté claro del todo quiénes sustentan estas empresas o entidades y den la
cara habría que darles su justa credibilidad. Para esto no sólo depende de los
medios de comunicación, también de los políticos que últimamente lo utilizan
como parte de sus argumentos para seguir dando cera (será que no hay temas con
lo que poder dar…). Imagínense que finalmente se demostrase que son una panda
de cafres los que manejan los hilos… Pues esas personas deberían desaparecer
del mapa público porque su credibilidad sería completamente nula, al menos para
mí.

Así que para un servidor no tienen tanto valor ni creo que deberían hacerles caso.

Acerca de @jtrifero

Periodista (Zaragoza, 1979) que le gusta hablar de lo que le rodea. Inquieto por la tecnología, la política y el medio ambiente.
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